Cómo preparar el biberón para tu bebé

Cómo preparar el biberón para tu bebé

Mi bebé no quiere comer ¿Qué hacer? Leyendo Cómo preparar el biberón para tu bebé 4 minutos Siguiente Bebé alérgico a la leche materna

Preparar un biberón no es tan sencillo como parece, ya que requiere de ciertos pasos que se deben cumplir, sobre todo porque el sistema inmune y gástrico de los bebés aún no ha madurado del todo.

Es por esto que hay que darle una especial atención a saber prepararlo con la temperatura biberón correcto y con las medidas precisas. Pensando en esto, si eres una madre primeriza y no tienes idea de cómo hacerlo, has llegado al lugar correcto.

En este artículo te enseñaremos cómo preparar un biberón de una manera sencilla y rápida. Adicionalmente, dejaremos algunos consejos o recomendaciones que te serán de muchísima ayuda en todo el proceso.

¿Cómo preparar un biberón a un recién nacido?

Muchas personas se preguntan cómo se prepara un biberón. Este proceso es bastante sencillo, solo debes prestar mucha atención en cada uno de los pasos para que puedas lograrlo de manera exitosa. A continuación, explicaremos cuáles son.

Revisa la fecha de vencimiento del biberón

Como la mayoría de las boquillas o chupones del biberón están hechos con látex, este material se vence, así que antes de empezar a preparar biberón recomendamos revisar la fecha de vencimiento, todo por la seguridad del bebé.

Limpia tus manos

Este es un paso esencial, antes de comenzar a manipular el biberón debes desinfectarte muy bien las manos para evitar transmitir bacterias al bebé porque, como mencionamos al principio, su sistema inmune es muy débil y no ha madurado por completo.

Esteriliza el biberón y demás utensilios

Es recomendable esterilizar los biberones si son productos nuevos. Lo puedes hacer dejándolo 5 minutos en agua hirviendo para que todas las bacterias se eliminen con éxito y luego con un paño totalmente limpio lo secas.

Luego de que ya hayas hecho esto la primera vez, puedes lavarlo frecuentemente con agua caliente y jabón. De igual manera, puedes esterilizar los cepillos limpiadores que suelen venir con los biberones.

Pero muy importante aclarar que si el biberón es de plástico, no recomendamos lavarlos con agua caliente, ya que estos contienen químicos y si llegan a calentarse mucho podrían empezar a desprenderse.

Comprueba la temperatura del agua

Muchas personas tienden a preparar el biberón sin calentar agua, pero esto no es muy recomendable, ya que la temperatura debe ser similar a la de la leche materna, que es aproximadamente unos 32°.

Siempre es recomendable revisar la temperatura del agua poniendo una gota de ella en la palma de nuestra mano, asegurando así que no esté muy caliente para que el bebé la consuma. Si lo está, puedes dejar el biberón un rato bajo el chorro de agua fría para bajar la temperatura.

Si utilizas agua del grifo, es recomendable dejarla calentar por al menos unos 5 minutos para eliminar todas las bacterias, puedes dejarla también más tiempo y dejar que se enfríe un poco para agregarle la leche.

Tampoco es recomendable calentar biberón en microondas porque el agua no se calienta de manera uniforme.

También, calentar el biberón al baño maría es una buena opción, esta es una forma fácil de lograr que llegue a la temperatura que debería tener.

Agrega la cantidad exacta de fórmula y agua

Siempre debes guiarte por las indicaciones que traen los biberones y las que el pediatra ha recomendado. Trata de que las medidas sean exactas, sin más ni menos.

Si colocas más agua de la que deberías, los nutrientes de la leche o fórmula no serían las mismas, y si le agregas más fórmula de la indicada por el pediatra, esto podría llegar a causarle problemas gástricos o digestivos a tu bebé.

Recuerda agitar muy bien el biberón para evitar que queden grumos de leche en él.

Comprueba el agujero de la mamila

Antes de darle el biberón a tu bebé, comprueba que el agujero de la mamila sea del tamaño indicado dependiendo de la edad del niño. Esto es sumamente importante tenerlo en cuenta, ya que si es muy grande y el bebé aún no está en edad de ingerir muchos líquidos, podría atragantarse.

Además, nunca deberías tocar la mamila, sin importar que tus manos estén limpias, ya que esa es la parte que va directamente a la boca del bebé y es mejor evitar enfermarlos con las bacterias que podrían haber quedado en ellas.

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